Una de las ópticas más cool de Perú empezó como un hobby y hoy tiene cuatro puntos de venta en la capital
El creador de The friend of Pablo, Miguel Saavedra, cree que la clave del éxito de su proyecto ha sido la espontaneidad y recomienda “no ser tan perfeccionista” al momento de emprender.
- Tiempo de lectura 6 min -
The friend of Pablo comenzó como una tienda online de accesorios que ofrecía lámparas con forma de piña y escapularios de plata en 2017, pero hoy el proyecto de quien es máster en Marketing y Creatividad de ESCP Business School, Miguel Saavedra, es una óptica sin igual en Perú, que trabaja con influencers y busca inspiración en el mundo de la música.
“La marca empezó como un hobby cuando yo tenía un trabajo corporativo, entonces siempre fue como mucha broma, mucha originalidad. Era una idea cool de vender productos que fueran difíciles de encontrar en Perú”, me contó durante una videollamada el fundador de la óptica, quien también despejó mi mayor duda:
- ¿Quién es
Pablo? 
-Pablo es un personaje que es un alter ego; puedo ser yo, puedes ser tú, puede ser Marta o puede ser Francisco. Puede ser cualquier persona que se quiera representar, porque al final del día estamos buscando una cercanía. Creo que todos tenemos a alguien que puede ser Pablo, que puede ser tu amigo o puede ser un conocido. Entonces, tratamos de buscar un nombre que sea cercano a la realidad para buscar esta conexión.
Miguel define The friend of Pablo como una marca en constante reinvención, que siempre está buscando actualizarse, incorporar a su catálogo novedades y estar presente. “Pero no solamente presente, sino también cercana”, precisó su responsable.

La personalidad de Pablo es lúdica y creativa.
Sobre cómo su tienda de accesorios fue mutando hasta lo que es hoy, el también director creativo de la iniciativa me explicó que cuando partió con las lámparas con forma de piña, las producía en Perú, pero luego de que Sodimac -empresa que vende artículos de construcción y productos para el hogar- le encargara una cantidad que le fue imposible abordar, comprendió que si bien su producto funcionaba, no era escalable, ya que para eso se requería una fábrica y era muy temprano para pensar en esa alternativa.

Esta es la ya emblemática “lámpara de Pablo”.
“Con ese pedido nos dimos cuenta que había que dar un nuevo paso y, como The friend of Pablo es una tienda de accesorios, pensamos en los lentes de sol porque son algo que puede mejorar tu look. Entonces, hicimos nuestra primera compra, conseguimos la representación de la marca Le Specs y supe que por ahí iba el negocio”, dijo Miguel.
Ya con una idea clara, el padre de “Pablo” inició un trabajo con influencers en febrero de 2019 y las ventas online crecieron tanto que en octubre del mismo año, Miguel renunció a su trabajo y abrió el primer módulo de The friend of Pablo en un centro comercial.
Un nuevo
giro 
Todo iba bien hasta marzo de 2020, cuando el covid-19 obligó al módulo de The friend of Pablo -como a tantos otros- a cerrar temporalmente sus puertas. Ahí comenzó la primera gran crisis de la tienda, pero no tuvo consecuencias devastadoras, sino todo lo contrario.
“Llegamos a ser óptica porque vino la pandemia y no vendimos ningún anteojo de sol, pero sabíamos que generalmente vendíamos un montón. Entonces, recuerdo que hicimos un post en Instagram que decía: “¿Te gustan nuestros lentes de sol? Ahora hacemos lunas -cristales ópticos- a medida”. Yo siempre digo que fue por hambre y necesidad, porque no vendimos nada en dos meses, y en cuanto empezamos a ofrecer las lunas con prescripción, el negocio cambió”, me comentó, muy concentrado en lo que estaba diciendo, el director creativo de The friend of Pablo.
“Yo siento que en la pandemia hicimos magia: si tú querías que fuéramos a medirte la vista a tu casa, íbamos a medirte la vista a tu casa; si tú querías probarte los lentes en tu casa, te mandábamos cinco anteojos a tu casa. Dimos bastante facilidad y ahí fue cuando se notó la diferencia de que la óptica tradicional era una óptica tradicional, porque ellos no estaban preparados para vender online”, me expresó quien antes de dedicarse en un 100% a “Pablo” trabajó 10 años en marketing a nivel nacional e internacional.
Si bien en la pandemia la solución fueron los cristales y la vuelta al enfoque online, “cuando volvimos a la realidad no podíamos seguir así. Decidimos abrir puertas porque la nuestra es una categoría en la que las personas se quieren probar los lentes y claro, una persona no se prueba 3 o 4, sino que se prueba 10 lentes en promedio y se puede quedar media hora en la tienda probándose y buscando validación; tomándose fotos y enviándoselas a la mamá, al hermano, al tío. Entonces sí, nuestro negocio funciona hoy en un 90% en tienda física. Por eso tenemos ya cuatro puntos de venta de este tipo”.


Tienda de The friend of Pablo ubicada en el centro comercial Jockey Plaza.
El
“antinegocio” 
Pese al éxito que ha tenido su óptica, Miguel me confesó que es “antinegocio”. Esto, en el sentido de que “cuando alguien viene y me dice que quiere tener su propia marca, yo le digo que no lo haga porque es muy difícil y muy costoso. De verdad nos ha costado mucho”, subrayó. Y es más, me dijo que muchas veces le gustaría renunciar.
Además del desafío que tuvo en pandemia, que hizo que la marca diera un giro y se convirtiera en una óptica, Miguel me reveló otro difícil episodio que lo hizo dudar sobre la continuidad de The friend of Pablo.
“Uno de los momentos más difíciles fue cuando decidimos abrir unas tiendas con franquicia con un tercero y la verdad es que fue una experiencia bastante drenante. Perdimos mucho tiempo e ingresos, porque digamos que no nos pusimos de acuerdo con la otra persona y al final tuvimos que cerrar las tiendas nuevas. Fueron tres meses muy duros porque, al abrir una tienda en franquicia, casi matamos todas las tiendas por cometer muchos errores”, me confesó Miguel.
Pero de esa crisis, la cabeza de The friend of Pablo sacó en limpio una buena lección: “Si no hubiera sido por eso no hubiéramos dado la vuelta a la marca, que es algo que nos ayudó a revisar nuestras raíces y la espontaneidad, porque cuando empezó la franquicia empezamos a hacernos más enlatados y a ser más como las marcas tradicionales, pero en verdad eso nos alejaba de lo que era nuestra identidad”.

Las fotos de The friend of Pablo tienen un sello particular.
Para Miguel, a quien durante la entrevista llamé “Pablo” en al menos una ocasión, una de las cosas bonitas de su proyecto es que la inspiración no nace de otras marcas, sino que de artistas musicales como Kanye West y Taylor Swift. Además, cree que las características que han impulsado y diferenciado a su óptica son la espontaneidad y adaptabilidad.
“Siento que a veces la gente se vuelve muy perfeccionista y se demora mucho en crear una identidad de marca. Pero creo que es importante ser espontáneo y no ser perfeccionista. Siento que para marcas como la mía, que están creciendo y que estamos en una nueva sociedad, mientras más real es mejor”, expresó.
Actualmente, Pablo no sólo está a la espera de abrir sus nuevas tiendas, sino que también está expandiendo su propia marca, que le ha dado más flexibilidad y libertad de desarrollar nuevos productos. De igual modo, la que hoy es una de las ópticas más cool de Perú tiene los ojos puestos en España, donde en un futuro habrá otra tienda.